Fobia dental. Sobre todo es importante crear en el niño una actitud positiva hacia su salud oral en el hogar y mediante las visitas al odontólogo, es la mejor forma de prevenir y generar en el futuro adulto los autocuidados necesarios para mantener una correcta salud oral.
En este sentido, los padres deben fomentar una actitud positiva hacia las visitas al odontopediatra, para minimizar lo que se ha denominado la “fobia dental”.
Afortunadamente, cada vez existen más consultas adaptadas a las necesidades del niño (con juguetes, libros infantiles, premios al finalizar las visitas, etc).
Existe confusión entre lo que es ansiedad, miedo y fobia utilizando dichos conceptos de manera intercambiable, lo cual ha dificultado aún más la medición de la ansiedad dental.
La ansiedad sería un sentimiento de miedo, donde en muchas ocasiones uno no identifica las razones de dicho sentimiento, lo que aumenta ostensiblemente la angustia manifestada.
Es una experiencia individual, subjetiva, que varía entre las personas, y genera un serio impacto en la vida cotidiana, siendo una importante barrera para la búsqueda de atención dental.
La ansiedad dental también puede presentarse de manera anticipada, con sólo pensar en el encuentro con un estimulo que provoca miedo. Es así como el niño al saber que tiene cita con el dentista, tiene la expectativa de que una experiencia negativa se aproxima, generando alto grado de ansiedad.
La fobia, en tanto, es un grado significativo de evitación del estímulo que produce miedo, a tal punto que interfiere con la rutina normal de la persona, el comportamiento y las actividades y relaciones sociales. La fobia dental representa un tipo severo de ansiedad dental caracterizado por una marcada y persistente preocupación en relación a situaciones/objetos claramente discernibles (ej: inyecciones) o a situaciones dentales en general.